Comenzó el 2007, año de elecciones y, por ende, de mucho movimiento en medios de comunicación y de paredes roñosas.
En mi provincia, Catamarca, se abrirá luego de muchas ideas y vueltas, el año electoral. El 11 de marzo próximo se renovará gobernador y vice, senadores, diputados e intendentes. No creo interesante comentar aquí todo el culebrón que se vive desde hace meses en la política local con relación a candidaturas, reelecciones, espacios de poder, alianzas, transas y todo lo que se vive en todos lados y con mayor frecuencia, en épocas de elecciones.
Intentaré resumirlo en pocas líneas: En Catamarca todos se desvelan por lograr el apoyo del presidente Kirchner porque, como sabemos, es quien tiene la chequera y en apariencia goza de buena imagen en el electorado local. Ya pasó en las legislativas de 2005, en las cuales el Frente para la Victoria desbancó al frente gobernante local, después de 15 años de triunfos en las urnas.
La imagen que recuerdo de aquel año, es el cierre de campaña de FPV, en un acto encabezado por el propio Kirchner, y un palco repleto de "dirigentes" cuyo único ideal en común eran las ganas de salir en la foto y la necesidad de seguir acomodándose en cargos de privilegio, sea como sea. Estaba ahí, por ejemplo, el actual vicegobernador (por segundo período consecutivo, y que fuera anteriormente ministro del frente gobernante local), aplaudiendo las barbaridades que decía el presidente respecto a la realidad provincial y las duras (y ciertas) críticas a una gestión a la que él mismo pertenece desde hace más de diez años. El vicegobernador por supuesto que asentía con la cabeza y aplaudía.
Eso es el peronismo local: una bolsa de gatos tratando de acomodarse en la falda de un presidente con una abultada billetera. Lamentablemente, el señor K no encontró aún (a diferencia de las legislativas 2005) un candidato mas o menos potable para apoyar en la provincia y es una obviedad que no quiere sufrir otro revés como en Misiones, con lo cual, está el plan B ( o plan A, a esta altura es lo mismo), que es apoyar a un gobernador que se encamina hacia su reelección, aunque éste sea de extracción radical. Pero si en la transversalidad, o como sea que se llame ahora, todo vale, pues lo disfrazamos de pluralismo, integración, amplitud, etc. La premisa es no perder y la plataforma electoral es "estar con el que gana"
Comenzó el 2007, año de elecciones y, por ende, de mucho movimiento en las paredes y de medios de comunicación roñosos y me parece que esta vez nuevamente habrá que tener mucho estómago y no sólo para aguantar la mugre de las calles.
Etiquetas: Política
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