Lleyton Hewitt no me cae nada bien. Me parece un tipo pedante, antideportivo, racista, divo, mal perdedor y mal ganador.
Este fin de semana se juega en Buenos Aires la semifinal de la Copa Davis entre Argentina y Australia, con todo un clima previo que pasó de la expectativa allá por abril cuando se supo de este enfrentamiento, hasta un cierto tono agresivo y de arenga incentivado principalmente desde los medios de comunicación, esos mismos que después se rasgan las vestiduras hablando de la violencia en el deporte, pero que no ahorran fichas para poner en pos de calentar el clima de lo que debiera ser lisa y llanamente un hecho deportivo.
Desde hace más de dos meses vengo leyendo que si Hewitt viene o no al país; que si va a tener las suficientes bolas de enfrentarse con el público argento; que trae guardaespaldas de dos metros; que “Come on!”; que la escupida de Chela; que esto; que lo otro. Y es así como prensa, jugadores y algunos dirigentes se fueron metiendo en este clima exacerbado en el cual parece que el público ya preparó la mejor batería posible de insultos para recibir al “enemigo” Lleyton.
Durante este tiempo, se me hizo muy difícil encontrar análisis serios hechos desde lo deportivo. De las verdaderas posibilidades de Argentina de acceder por segunda vez en su historia a la final de, nada menos, la Copa Davis.
En tres días comienza el match: El marco será un estadio tan flamante como impresionante, un buen plantel de jugadores locales con buenas chances de pasar a una siguiente instancia, entradas agotadas y transmisión televisiva en directo. Y además de eso, se podrá ver en nuestro país a un ex número 1 del tenis mundial. Un tipo que, repito, no me cae nada bien, pero por el cual no dudaría en pagar una entrada para verlo jugar.
Ojalá todo salga bien y podamos ver un buen espectáculo deportivo sin agresiones, sin gritos, sin (demasiados) insultos y sin un clima innecesariamente recalentado en las tribunas, caso contrario, ya podemos ir pensando en qué dirá nuestra honorable prensa el día lunes, cuando esto ya sea historia y todo el mundo esté al tanto de lo ocurrido en el Parque Roca.
Ver no es mirar.
¿Cuantas veces pasamos por algún lugar sin percatarnos siquiera de lo que nos rodea? Ni hablar de dar cuenta de detalles curiosos, llamativos por su belleza o fealdad, o simplemente diferentes a lo que solemos percibir a diario.
Con humor, espíritu crítico, sarcasmo y agudeza visual, el blog Ved que bestia, que animal (frase extraída del inolvidable "la bella y graciosa moza..." de Les Luthiers) nos muestra algunas (en algunos casos lamentables) perlitas encontradas en distintos tipos de cartelería de la vía pública.
Al principio circunscripto a la provincia argentina de Catamarca, el blog va ampliando sus horizontes, con lo cual debemos suponer que la originalidad, humor y bestialidad, no son patrimonio de algún lugar en particular.
¿Cuantas veces pasamos por algún lugar sin percatarnos siquiera de lo que nos rodea? Ni hablar de dar cuenta de detalles curiosos, llamativos por su belleza o fealdad, o simplemente diferentes a lo que solemos percibir a diario.
Con humor, espíritu crítico, sarcasmo y agudeza visual, el blog Ved que bestia, que animal (frase extraída del inolvidable "la bella y graciosa moza..." de Les Luthiers) nos muestra algunas (en algunos casos lamentables) perlitas encontradas en distintos tipos de cartelería de la vía pública.
Al principio circunscripto a la provincia argentina de Catamarca, el blog va ampliando sus horizontes, con lo cual debemos suponer que la originalidad, humor y bestialidad, no son patrimonio de algún lugar en particular.